martes, 21 de mayo de 2013


Flo&Mou: Uno que sigue, otro que se va ... la vida sigue igual.

Hay cosas que valen tan poco que sólo cuestan dinero. Hay entrenadores que sólo pueden ser medidos por los resultados. Por eso, Mou ha fracasado estrepitosamente en el Madrid.

Vino con estela, sueldo y mando de CEO, con el fin primordial de colocar como primera marca española la que era segunda y, de paso, abrir de nuevo el mercado europeo de la marca, últimamente en recesión tras unos años, pretéritos eso sí, de gloria y esplendor.

Y se marcha siendo segunda marca española y sin mayor gloria en el mercado europeo. Es cierto que se puede alegar que en el mercado interior ha disminuido el "gap", pero no es menos cierto que ha sido debido más a problemas de la primera marca, de desgaste y de salud, que a méritos propios.

En su etapa merengue, Mou ha sacado más papelitos que títulos. Entre ellos, aquella lista de entrenadores merengues que Mou usó de forma torticera, capciosa y lamentable en una de sus muchas esperpénticas ruedas de prensa. Lista en la que aparecen varios entrenadores que han obtenido mejores logros que él, y a menos precio, en todos los sentidos.

Porque a Mou no le interesa el fútbol. En la cancha, Mou sólo quiere guerreros entregados a la causa, sacrificados, que muerdan en cada centímetro del campo, que se dejen la piel robando el balón y que despejen "al patadón" para adelante; allí, lejos, el balón no puede entrar en la meta propia y, quizás, lo haga en la del adversario. Claro, que cuando el que pega el balonazo es Xavi Alonso y el que puede recibirlo arriba es Cristiano Ronaldo, pues puede que hasta ese mal boceto se convierta en obra de arte, pese al empeño de su promotor.

Y fuera de la cancha, él, el de "primero Dios y luego yo", el Special and Only One, se encarga de lo mismo: de despojar al fútbol. En vez de tácticas, habla de campañas. Campañas de todo tipo: de entrenadores rivales que reservan jugadores, de jugadores que a unos entran y a otros dejan pasar, de calendarios injustos, de árbitros comprados, de directivos que compran, de instituciones corruptas, de Villar, Platini, UNICEF, ... Siempre el mismo discurso, equipo tras equipo, liga tras liga, país tras país, año tras año. Y cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. Porque Mou no trata de describir la realidad, Mou trata de distorsionarla. Crea una realidad virtual paralela para evitar que se vea la verdadera realidad. En eso es en lo único en lo que Mou eleva al fútbol, en levantarlo del terreno de juego y llevarlo al limbo. Porque cualquier disputa de fútbol real la pierde.

En un Oporto que domina sí o sí en Portugal y apenas tiene presencia en Europa, en un Chelsea sin apenas historial, incluso en un Inter de pasado glorioso y presente oscuro, todo eso le sirvió a Mou para ganar sus títulos y "prestárselos" a la entidad para la que trabajaba. Pero en un Madrid donde la victoria es el pan nuestro de cada día, donde el Museo está plagado de títulos, donde han visto tanto fútbol ... eso sólo no vale. Y si ya lo tenía difícil ganando, imposible le ha sido cuando no ha podido entregar lo único que, para algunos, le justifica: los títulos.

Porque hay mucho que ganar para poder tapar el dedo en el ojo, el papelito de los 13 errores arbitrales, la espera en el parking al árbitro, la patética rueda de prensa de los títulos vergonzosos, los menosprecios a entrenadores, el abandono del terreno de juego cuando el Barça iba a recibir la Supercopa, el desprecio a Toril y la cantera, la expulsión de Valdano y Zidane, el césped alto, el juego brusco, la renuncia al balón, el asunto Casillas, las encerronas a periodistas, los enfrentamientos con jugadores, las ausencias en ruedas de
prensa, la división entre madridistas y pseudo-madridistas, la no asistencia a las galas del Balón de Oro cuando no lo va a ganar él ... Lo último, el desplante al Rey, a la Copa, a todos, al no subir a recoger la medalla en la final de Copa. Todos y cada uno de estos hechos, hubieran supuesto el cese inmediato de cualquier otro entrenador merengue. Todos y cada uno de ellos, han sido justificados, cuando no jaleados, en aras del fin último, que todo lo justificaba. Todos y cada uno de ellos, síntomas de lo que es Mourinho: un egocéntrico mal perdedor.

Mientras tanto, sorprendentemente, el peor Presidente del Madrid en relación inversión/títulos, Florentino, sale indemne de un nuevo fracaso, y es el segundo suyo. No sólo parece que no tiene responsabilidad alguna en la llegada de Mou, previo pago de 16 millones de euros al Inter, sino que incluso se ve como un triunfo suyo su marcha, sin ingresar un duro porque el entrenador rompa el contrato que le liga por dos años más al Madrid. 

Diez años, ocho entrenadores y más de 850 millones en fichajes, para un total de 5 títulos importantes (3 Ligas, 1 Champions, 1 Copa) y otros 5 menores (3 SuperCopas de España, 1 SuperCopa de Europa y 1 Mundialito); 5 de sus 10 años, en blanco. En periodo "Florentino", el Barça ha ganado 10 títulos importantes (5 Ligas, 3 Champions y 2 Copas) y otros 9 menores (5 SuperCopas de España, 2 SuperCopas de Europa y 2 Mundialitos). Estos son los números de este "gran gestor" deportivo, de este Ser Superior. Eso sí, se le debe reconocer el haber sido el precursor, y único seguidor, del pago de traspasos por el entrenador: ya lo hizo con Pellegrini, repitió con Mou y lo volverá a hacer con Ancelotti.

Da la impresión de que el Madrid ha vendido su alma al diablo. Como aquel caballero de los cuentos que, cegado por el amor a una dama, pierde toda fe en su fuerza y en su espada y se abandona a los poderes de la bruja. Ningún entrenador con la cuenta de resultados, debe/haber, de Mou habría aguantado tanto tiempo en el Madrid; pero los madridistas le aguantaron, y le justificaron, porque Mou no era entrenador, era el druida de la tribu que tenía la fórmula mágica para acabar con el encantamiento. Ningún presidente con el ratio títulos/año/inversión de Florentino habría dirigido tantos años el club blanco; pero los madridistas aguantan a Florentino porque no es el Presidente, es el profeta que con un pie en lo terreno, más bien en los terrenos, y otro en lo celestial, traerá año tras año el inacabable maná que cubrirá la faz de la Tierra de un manto blanco. Uno aún sigue cocinando la fórmula, sin encontrar el ingrediente que falla, quizás porque no busca donde hay que buscar. Otro sigue convirtiendo los terrenos en galácticos, vía denarios, pero el maná sigue desapareciendo antes de cuajar.

Decíamos ayer, señor Florentino. Adiós sin pena alguna, señor Mourinho. ¡Qué Dios le dé tanta paz como descanso deja!

viernes, 17 de mayo de 2013

Desimputar: 

"Retirar a alguien la responsabilidad de un hecho reprobable". 

(La palabra no existe. La definición se ha deducido de la entrada del DRAE "imputar")



Se ha hablado mucho de este tema, y se han argüido todo tipo de legalismos, interpretaciones juríricas y argumentos del Derecho.
Pero está muy claro que el enfoque es claramente incorrecto, ya que no se trata tanto de una cuestión legal como de una cuestión estética.
Es que suena feo de cojones eso de "imputar". El término "imputar" es vecino semántico de "putear", pero sobre todo es vecino fonético. "Imputar" es un caso particular de "Putear", un imputado es necesariamente un puteado, aunque no todo puteado es un imputado. Pero en lo que se refiere a la cosa fonética, esta reflexión cobra mucho más valor si nos referimos a su sustantivación y participio en género femenino, "Imputada", ahí es donde de verdad la vecindad alcanza su máximo esplendor y estruendo. Decir de una señora que está imputada es insultarla mucho más gravemente que si directamente la sentenciamos y la llamamos culpable, por execrable que el delito fuera.
En definitiva, que no se puede imputar a un miembro de la Casa Real, mucho menos si se trata de una mujer...
"Mira, ahí va la imputada de la Infanta"... si es que me da no sé qué nada más pensarlo.
De manera que, en defensa del Estado de Derecho y de una Justicia independiente, que se encause, procese y condene a la Infanta, si es así como debe ser; pero, por favor, ahorrémonos lo de imputarla.
Bienvenida sea pues el "desimputación", era una cuestión de elemental protocolo.
A ver si el ministerio público actúa siempre con tanto celo.



domingo, 12 de mayo de 2013

SEGUROS DE VIDA Y MÁS "AL BIES"
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Otra historieta de apariciones demoniacas.
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El malvado A.L. Bies pudo contar solo treinta y cinco "Buenos días, amo" desde que salió de su vehículo hasta que escuchó el de la incapaz de su secretaria. Aquello significaba que alguien había faltado a trabajar ... probablemente de manera justificada, sí; pero una vicisitud así era motivo más que suficiente para que su ijada se dispusiera a centrifugar la verbena de humores gástricos que desde muy joven y día a día fueron labrando su anguloso carácter.

Ya en el vestíbulo de la oficina, la omnipresencia de su corpachón escudriñando la más insignificante posibilidad de que algo no estuviese como él había dispuesto en la Agenda, puesto en pie en el centro mismo de la estancia, bajo aquel soberbio abrigo de piel obscura, en silencio, constituía una escena que Loli, la incapaz, tenía bien clavada en el centro mismo de su alma. Desde las vertiginosas cuencas de sus ojos, las grises pupilas examinaban despacito los renglones que escribían el “PLAN DEL DÍA”, moviéndose ora de lado a lado, ora de arriba abajo; al compás de un incipiente rugido en su respiración queda y profunda.

--- Loli, maja, ¿Qué es esto? ...¿es una broma? ... ¿es una broma,  Loli querida?

Exclamó por fin Bies, con un soniquete juguetón en el que la empleada acertó a escuchar una partitura macabra.

Aquello no había ocurrido nunca, simplemente porque era impensable, porque era imposible. Con el corazón quieto más que encogido, los tuétanos congelados y una marcha bailona que a cada paso amenazaba con llevarla al suelo, afrontó Loli su cruel destino y avanzó con los ojos en blanco hacia su jefe, que la esperaba conteniendo un salvaje arrebato.

Cuando estuvo a la distancia de una brazada, cuidándose mucho de no mirar al Sr. Bies a la cara, tomó la Agenda de sus peludas manos de oso pardo y, a pesar de los amplios temblores, acertó a leer:

8.30 --- RECEPCIÓN MR. TAKADA.

8.52 --- PRESIDENCIA PLENO CONSEJO SOBRE INCREMENTO IMPORTE CUOTAS SEGUROS VIDA.

9.30 --- ENTREVISTA CANDIDATOS PUESTO DIRECTOR EJECUTIVO SEDE AMSTERDAM.

10.00 --- ENTREVISTA CON LUCIFER. 

La pobre muchacha levantó sus ojos empapados implorando una pizca de piedad. Intentó articular algún gemido, pero fue por completo imposible. Ella no había escrito aquello, naturalmente; pero el hecho incontrovertible e inapelable era que allí estaba:

"10.00 --- Entrevista con Lucifer"

Y, con absoluta indiferencia de lo que pudiera significar, fuera o no una broma, independientemente de que se tratara de una gamberrada, un descuido, un fenómeno paranormal o cualquier otra cosa; lo cierto, lo único cierto y trascendente era que el “PLAN DEL DÍA” contenía un error y quien fuera responsable de aquello lo era también de la más grave afrenta que nadie pudiera cometer contra el ínclito y esclarecido Sr. A.L. Bies.

Tuvo Loli, sin embargo, la fortuna de que aquel renglón aún humeaba y, así, descartando la posibilidad de que mortal alguno osara tamaño atrevimiento, interpretó el sagaz consultor y empresario que fue escrito por algún ente sobrenatural, quizá por quien propiamente se anunciara, de modo que, según se inclinaba Loli buscando la bragueta de su amo a fin de recurrir a la última instancia en señal de arrepentimiento y devoción, agarró su jefe un manojo del obscuro cabello de la postrada testa y levantó a su dueña en vilo hasta que la llevó a la altura de sus ojos. Reflexionó Bies por unos momentos penetrándola con su mirada y, en un inesperado y providencial quiebro, sonrió. Dejó que los pies de la rendida empleada se posaran sobre el firme, y que todo su cuerpo bailongo retomara el equilibrio y le acarició un poco el pubis como prueba inequívoca de absolución.

 --- Dudo mucho que esto sea cosa tuya --- sentenció por fin ---  ¿Quién es el Takada ese? --- añadió inmediatamente, marginando en apariencia el extraño y serio incidente.
--- El Director General de Coca-Cola Corporation, Señor. --- balbuceó la secretaria como buenamente pudo, componiéndose el cabello presurosamente y enjugando sus ojos emborronados de lágrima y pintura.
--- Y... ¿qué tripa se le ha roto?, ¿para qué quiere hablar conmigo?
--- Desea felicitarle personalmente por su onomástica, Señor.
--- Pues llámale y dile que me he quedado dormido. A los candidatos para Ámsterdam les dices que ninguno da el perfil, que no van a encontrar trabajo en su puta vida. Llamas al Consejo y les comunicas que la cuota se incrementa en un 40%. Luego te largas, y arréglate ese pelo, que así estás incluso más desagradable  --- ordenó de una sola vez mientras entraba en su despacho.

 Los muros que delimitaban el amplísimo salón de Bies no tenían ventana alguna, ni más mobiliario que su sitial, un perchero y una gran mesa de noble caoba; sobre ella una pequeña lámpara dorada que enfocaba siempre hacia sus manos; un rústico teléfono blanco y una preciosa escribanía. Esos eran todos los pertrechos de los que disponía para afrontar la hostil negrura de una habitación toda enmoquetada.

Colgó su pesado abrigo en el perchero y se sentó golpeando acompasadamente con la punta de sus dedos sobre el tablero de la mesa. "Conque Lucifer, ¿Eh?", pronunció para sí. Y de este modo permaneció esperando impaciente a que tocaran las diez.

A las 9.59 h. un intenso olor a azufre impregnó la estancia, de entre las obscuras paredes comenzaron a brotar los acordes de "La Pasión según San Mateo".

A las 10.00 h. saltó el fogonazo. Bies se recostó en su asiento colocándose las manos en la nuca para adoptar una perspectiva que no le privara de ningún detalle del espectáculo del que, dicho sea de paso, tampoco esperaba nada del otro mundo.

Apareció primero un bichejo muy feo que tenía patas de cabra y cabeza de perro, bastante desagradable, el muy cabrón. Resoplaba esparciendo por la habitación vaharadas de aliento hediondo y danzaba en el sitio con intención incierta. Tampoco se prodigó demasiado aquella bestezuela, menos mal, que el tufo era ya inaguantable. Dio paso, tras desvanecerse sin mayor pompa, a una serpiente que no debió ser la que tentó a Eva, tal era su desaliñado aspecto. Se contoneaba el reptil con oficio, dibujando lascivas curvas, siseando con su lengua maldiciones y sortilegios. Los ojos rojos, como todo bicho del Averno que de tal ser precie; pero, al poco, entre eses y meneos desapareció el diabólico ofidio para ceder el turno a otro engendro acaso más repugnante que el primero. Este, a falta de pestilencias gaseosas, dejaba caer babas viscosas de su hocico prominente, y a poco estuvo Bies de cortarle el rollo de un guantazo y mandarle a paseo con tal de evitar el estropicio que estaba obrando en la fina moqueta del suelo, que quedó hecha unos zorros después del numerito; mas, llegados a este punto, - pensó - no era cosa de perder los estribos por una afrenta más. Aguardó por tanto prudente al desenlace de lo que consideró un ramplón entremés que no dio mucho más de sí. Algunas escenitas más, sin embargo, hubo de aguantar A.L. Bies entre bostezos y suspiros hasta que, por fin, dio en aparecer quien se presentó como el “Príncipe de la Tinieblas”. Tras algunas puestas en escena que supuso formaban parte del protocolo, como dejar sus ojos en blanco; hablar en latín al revés (bueno, eso fue lo que quiso creer; que lo mismo era un farol); soltar rayos y centellas a discreción; hacer pases de pecho con su capa y otras memeces de esta guisa, alzó Belcebú los brazos para abalanzarse, acto seguido, hacia la mesa del magnate...

--- ¡SSSSHHHHHH! ... mucho cuidadito con esas manazas que esta mesa vale diez mil pavos --- Interrumpió A.L. Bies visiblemente irritado, tras haberse incorporado de su asiento de un salto y mientras señalaba con su dedo recio e inquisidor al bravucón Demonio.

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miércoles, 8 de mayo de 2013

ECONOMIA NIHILISTA (NO TE HARAS RICO PERO TAMPOCO TE IRAS DE CABEZA A LA RUINA).


Si ves el futuro más negro que el ojete de Seal, no desesperes.

Te ofrecemos la posibilidad de ser accionista de una de las starup más influyentes de la blogosfera mundial: El canario Nihilista Enterprices, empresa radicada en Albaricoques (Almería), población hermanada con el estado de Delaware.


Formar parte de este ilusionante proyecto es muy sencillo: sólo tienes que enviarnos medio billete de diez euros a la dirección abajo indicada y guardar el medio restante como  comprobante de la operación.



Como se comprende muy fácilmente nosotros no ganamos nada con esta operación; tan sólo la constatación del creciente número de emprendedores dispuestos a apoyar el ascendente camino de nuestro éxito, que puede ser también el tuyo.



Por ello el compromiso de reembolso es total: si pasado el período improrrogable de un año no hemos cumplido tus expectativas recibirás en tu domicilio la porción que enviaste... con lo que recuperarás los diez euros que creías perdidos.

Si como esperamos nos das tu confianza, y seguimos contando con tu incondicional apoyo, tu pequeña aportación te dará derecho a participar de los beneficios generados de nuestra actividad empresarial (de uno punto siete millones de euros según los analistas más prudentes del mercado, o siete punto uno según el cuento de la lechera).



Asimismo, y dentro de nuestra política de transparencia absoluta, la fórmula que hemos adoptado para el cobro del dividendo es sumamente ventajosa para el accionista: envíanos el comprobante de tu inversión y recibirás, a la mayor brevedad posible y sin moverte de casa, la parte proporcional que te corresponda descontados los gastos de manipulación de hacer casar ambas mitades de tu billete original.

¡No dejes pasar esta ocasión única y únete a nuestra venturosa singladura!




lunes, 6 de mayo de 2013

Cinco minutos con Mario


Conferencia Nihilista


Título: Hay que ver cómo está todo.
Ponente: Licencia 183XX
Lugar: Calle Alcalá de Cibeles a Ventas

Buenas.


Allá vamos. Muy encorbatado le veo, eso es que tiene curro, eh? Pues es una suerte porque hay que ver cómo está todo, que antes nos quejábamos si teníamos que trabajar mucho, y ahora que nos echen lo que sea. Fíjese, un sobrino mío que ha estudiado de eso de informática y no hay forma de que encuentre trabajo, que ha echado no sé cuántos curriculums y nada. Que le digo yo que “te tenías que haber metido a político que ahí sí que ibas a estar viviendo como un rajá sin pegar ni palo”. Esos sí que viven bien, a poner el cazo y ya está. Y todos igual, eh? que yo no entiendo de política, pero lo que yo veo es que para llevárselo crudo están todos de acuerdo, ahí sí que no discuten. Y si les pillan, da lo mismo, no pasa nada. ¿Usted ha visto a alguno ir  la cárcel? Qué digo a la cárcel, ¿ha visto dimitir a alguno? Aquí no dimite ni Dios, todos bien agarrados al sillón que parece que llevan pegamento en el culo. Y eso sí, gastar dinero en chuminadas se les da de miedo. Venga AVEs, venga aeropuertos, y subvenciones a los sindicatos y a los del cine y a todos los amiguetes, y luego a los parados a recortarles el subsidio, venga ya, hombre… Aunque una cosa es verdad, que hay mucho parado que luego trabaja por ahí en negro, eh? Pero mucho. Vamos, un cuñado mío que estaba en la construcción lleva más de un año cobrando el paro y haciendo chapuzas por ahí, un jeta, pero jeta, jeta. ¡Nena, mira por dónde vas que te me echas encima! La leche, yo no sé cómo le dan el carnet a algunos. Y luego la calle que está como está. Yo he dejado de hacer la noche porque es un sinvivir, se está uno aquí rompiendo la espalda para que luego un sinvergüenza te saque un pincho y te arruine el día. Porque eso sí, los chorizos campan a sus anchas que para qué, y si los coge la policía les da lo mismo, entran por una puerta y salen por la otra. Y muchos son inmigrantes, que yo no tengo nada en contra de ellos, ¿eh?, pero si han venido a trabajar honradamente. Primero, los españoles, que estamos en España, pero bueno, si vienen a trabajar bienvenidos. Pero es que muchos lo que vienen es a robar, y si los meten en la cárcel, tan contentos, que están mejor en España comiendo caliente en la cárcel que en su país. Ya te digo. Bueno, ya estamos aquí. Son siete euros. ¿Quiere recibo? Venga, le pongo once, y dos para usted y dos para mí. Ea, que pase un buen día.