Ante el clamor popular exigiendo acceso permanente a la magna obra del poeta local de Miramatrix, facilitamos el siguiente link desde el que se puede realizar la descarga. El fichero se actualizará a medida que el autor vaya publicando sus poemas.
Enlace
Cualquier barbaridad puede encontrar el contexto adecuado para que la convierta en algo sensato y razonable. El Canario Nihilista es ese contexto... ahora bien, solo se admiten barbaridades, con las cosas razonables nos hacemos un lío...
viernes, 21 de marzo de 2014
jueves, 6 de marzo de 2014
El Rincón del Batueco - Manriqueñas del Radar
Anda el pueblo alborotado
porque están llegando multas
por docenas
y alguno hay que, indignado
maquina ideas ocultas
nada buenas
Sosiéguense, conductores,
que todo se ha organizado
por su bien.
Para eso los regidores
por el mango han agarrado
la sartén
responsable de la cosa
encargó
con toda parafernalia
a una empresa misteriosa
que ideó
un plan de movilidad
que incluye, con los
marchamos
del batracio,
radar de velocidad,
para que así nos movamos …
más despacio
No falta quien insinúa
que dicho radar intenta
rapiñar
sin navaja ni ganzúa
euros que cuadren la cuenta
del lugar.
Hacer sesgada lectura
del plan de la concejala
es innoble
pues ya por ir más segura
se hizo instalar la zagala
airbag doble
Así pues no ha de extrañar
que nuestras quejas
tropiecen
con un muro.
El concejo ha de impulsar
medidas que fortalecen
lo seguro.
Y lo seguro es trincar
poniendo cualquier excusa
u ocasión.
Algo que en este lugar
se usa, e incluso se abusa
mogollón.
Dejen sapo y sus secuaces
de usar el exprimidor
con la gente
Refrenen ya, aves rapaces,
ese afán recaudador
indecente.
Que ya resulta cansino
que vivan en la poltrona
tan contentos,
mientras el pobre vecino
rebusca en el Mercadona
los descuentos.
El Rincón de PaCHA - La muralla de Paracuellos
Puede que, dado el
proverbial desdén que sobre la riqueza artística de Paracuellos muestran
propios y extraños, el lector piense que nuestra localidad carece de muralla;
por esta razón, siendo el principio fundacional del movimiento PaCHA el mostrar
al mundo los numerosos atractivos de esta noble villa, intentaremos corregir
ese error.
En efecto, aunque su origen
no sea romano ni medieval, ni su finalidad defensiva, ése y no otro es el
nombre que debemos emplear para referirnos a la maravillosa sucesión de
manifestaciones de ingenio local que jalonan el final de la carretera de acceso
al casco urbano desde el aeropuerto, camino que el prestigioso cronista galo
Marquis de Monceau denominó La Promenade des Clôtures Étonnantes. Hay donde
elegir en este auténtico collage de arquitectura
folklórica. Podemos extasiarnos ante esas dos construcciones colindantes tras las que se vislumbra un abigarrado entramado de terrazas y escaleras, diríase que diseñado por el mismísimo Escher; esa otra cuyo presupuesto solamente dio para enfoscar uno de los laterales, dejando el ladrillo al desnudo en el otro para que el visitante compruebe los comienzos del proceso de aprendizaje en albañilería del autor, o ese muro gris al que se le practicó un vistoso decoupage sin razón aparente.
folklórica. Podemos extasiarnos ante esas dos construcciones colindantes tras las que se vislumbra un abigarrado entramado de terrazas y escaleras, diríase que diseñado por el mismísimo Escher; esa otra cuyo presupuesto solamente dio para enfoscar uno de los laterales, dejando el ladrillo al desnudo en el otro para que el visitante compruebe los comienzos del proceso de aprendizaje en albañilería del autor, o ese muro gris al que se le practicó un vistoso decoupage sin razón aparente.
Pero las joyas de esta
corona se sitúan a ambos extremos de la Promenade. Por un
lado la oxidada valla metálica que surge airosa en escorzo violento en uno de
los salientes de la cornisa, en arriesgada armonía con las chumberas que se
derraman por la ladera en rededor, y cuya contemplación al atardecer cuando nos
aproximamos en sentido descendente se nos antoja la metáfora de una estirpe
anclada a la tierra, pero que no ceja en la búsqueda de un futuro mejor. Por el
otro, por fin, esa pared de hormigón cuyo anónimo artista decidió, en asombrosa
pirueta estilística, emplear una puerta (o varias, extremo que
ignoramos) como
molde para el encofrado, para pasmo de generaciones de paracuellenses y
paracuellensas. Esta puertipetrificación a varios niveles ha originado más de
un susto a conductores desprevenidos que hipnotizados por su magnetismo, distraen
sin querer su atención de la carretera, generándose no pocas disputas
conyugales al grito de “¡Pero mira palante!”.
Al hilo de esta cuestión,
quisiéramos respetuosamente solicitar a nuestra ilustre corporación municipal
que dé realce a esta muralla construyendo, al otro lado de la carretera, un
aparcamiento con mirador que permita al visitante detenerse cómodamente a
disfrutar de su visión con la tranquilidad y el sosiego que merece; un panorama
que sin duda es mucho más merecedor de atención que los monótonos despegues y
aterrizajes que se pueden contemplar desde el conjunto de bancos tristemente
dispuestos en la última revuelta.
Para ayudar a preservar
éste y otros rincones de nuestra localidad, afíliate a PaCHA.
Diario de un Mirapijo - 2
El otro día, intentando
entender la situación de destierro al que me había mandado papuchi, me dio por
surfear un rato en Internet, y buscando “Miramadrid” me encontré con que había
un foro vecinal dedicado a esta urbanización. Estuve curioseando un rato y
francamente, me resultó todo bastante disgusting, un sitio donde la gente no
hace más que hablar de cacas de perro, pelearse por el tráfico y cosas así. Me
di de alta y al rato ya había tenido una trifulca con algún individuo grosero al
que tuve que mostrar mi desdén con clase y savoir faire. Me da un poco de asquete,
pero seguiré entrando de vez en cuando para disfrutar del gap que me separa de
la chusma.
Después, me acerqué al Club
a darle un poco al horseriding. Por favor, nunca lo hubiera hecho. No hago más
que entrar cuando me encuentro nada menos que a Nené Saint-James-Iturbegabiria,
compañero de muchas parties y muchas risas, y una de las últimas personas a las
que me apetecía ver. No me lo podía creer, o sea, fatal.
-
¡Memo! ¡Cuánto tiempo! Te echábamos de menos…
-
¡Nené! ¡Qué alegría! – repliqué con la mejor de mis
sonrisas.
-
Oye, ¿es verdad eso de que te has ido a vivir a un
pueblo? Qué fuerte, no sabía que fueras tan aventurero, cuenta, cuenta.
-
Bueno,
hombre, no es para tanto. En realidad es una urbanización high level, con
muchísimas posibilidades de futuro, y ya sabes cómo es papuchi, que ve una business
opportunity y se lanza – improvisé – y, como quiere empezar a delegar en mí, pues
me pidió que me estableciera allí para evaluar de primera mano el estímulo de
rentabilidad inminente de la microeconomía comercial desde el punto de vista
del proceso casuístico – da igual, Nené tampoco entiende esas palabras.
-
Pero ¿está en un pueblo o no está en un pueblo?
-
Hombre, técnicamente, sí, pero en realidad está
lejos…
-
Pues nos tienes que invitar a ver tu nueva casa, yo
no me lo pierdo. Podrías organizar una boina theme party, con Tricky, Pontxo,
Lalo y los demás, o sea, qué total!
-
Es que todavía estoy con unos refurbishments y tal,
pero si eso ya te llamo y nos vemos en otro sitio.
-
No, no, en tu casa, en tu casa. Pero no te preocupes
me espero a que termines, no sea que me vaya a encontrar con algún obrero,
jajaja!
-
Jajaja! – le seguí la gracia, porque la imagen lo
merecía.
-
Bueno, nos vemos. Y no dejes de llamarme, eh, chato?
-
Descuida, lo haré.
Y mientras se alejaba, le
vi cómo se ponía a teclear a toda velocidad en su IPhone 5S. Me imaginaba el
tipo de mensajes que estaría enviando y me dieron escalofríos. La desgraciada
ocurrencia de papuchi me iba a costar la reputación. Se me
pasaron de golpe las ganas de horseriding, así que volví al Q7 y a casa.
Ya estaba llegando cuando
me acordé de que se me estaba acabando el stock de gomina. Me puse a dar
vueltas buscando alguna fashion shop, pero lo único que encontré fue un absurdo
mamotreto de hormigón con unos letreros
que decían Mercadona y – horror – Marco Aldany. No iba a entrar ahí ni por toda
la cobertura de móvil del mundo (por cierto, qué porquería de cobertura hay en
este resort, voy a tener que hablar con papuchi para que lo arregle). Me armé
de valor y pregunté a una chica que estaba recogiendo flores en un parque
mientras canturreaba “Una frolecilla, otra frolecilla,…”
-
Hola, perdona y tal, pero es que verás, o sea, es
que no soy de aquí, bueno, se ve, no?, y estaba buscando alguna tienda donde
pudiera encontrar gel fijador XX, o YY o aunque sea ZZ*.
-
Huy, yo de eso no sé ni pío. Y aunque lo supeira, no
te iba a decir ni mu, que no me gutsan los chicos con gonima. Porque ya dijo
Aristóteles que “La belleza del hombre
está o en la sonoridad, o en el significado”
-
Perdona?
-
Nada, hombre, mira qué día tan nobito hace, viva la
vida! ¡Hasta leugo!
Y sin más, se dio la vuelta
y se alejó andando a saltitos y tarareando la sintonía de Verano Azul. Cuando
me repuse de la impresión ya había desaparecido tras una esquina.
Me había enamorado.
Y a todo esto, seguía sin
saber dónde comprar fijador. Tal vez en el foro vecinal alguien podría darme
una pista.
(Continuará)
*disculpad que no os detalle las marcas, pero uno tiene sus
secretillos, jajaja
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