viernes, 21 de marzo de 2014

Obras Completas del BachillerBatueco

Ante el clamor popular exigiendo acceso permanente a la magna obra del poeta local de Miramatrix, facilitamos el siguiente link desde el que se puede realizar la descarga. El fichero se actualizará a medida que el autor vaya publicando sus poemas.

Enlace


jueves, 6 de marzo de 2014

El Rincón del Batueco - Manriqueñas del Radar


Anda el pueblo alborotado
porque están llegando multas
por docenas
y alguno hay que, indignado
maquina  ideas ocultas
nada buenas
Sosiéguense, conductores,
que todo se ha organizado
por su bien.
Para eso los regidores
por el mango han agarrado
la sartén

La concejala Natalia
responsable de la cosa
encargó
con toda parafernalia
a una empresa misteriosa
que ideó
un plan de movilidad
que incluye, con los marchamos
del batracio,
radar de velocidad,
para que así nos movamos …
más despacio


No falta quien insinúa
que dicho radar intenta
rapiñar
sin navaja ni ganzúa
euros que cuadren la cuenta
del lugar.
Hacer sesgada lectura
del plan de la concejala
es innoble
pues ya por ir más segura
se hizo instalar la zagala
airbag doble


Así pues no ha de extrañar
que nuestras quejas tropiecen
con un muro.
El concejo ha de impulsar
medidas que fortalecen
lo seguro.
Y lo seguro es trincar
poniendo cualquier excusa
u ocasión.
Algo que en este lugar
se usa, e incluso se abusa
mogollón.



Dejen sapo y sus secuaces
de usar el exprimidor
con la gente
Refrenen ya, aves rapaces,
ese afán recaudador
indecente.
Que ya resulta cansino
que vivan en la poltrona
tan contentos,
mientras el pobre vecino
rebusca en el Mercadona
los descuentos.






Portada Alternativa de MRNX4

Aquí está

El Rincón de PaCHA - La muralla de Paracuellos



Puede que, dado el proverbial desdén que sobre la riqueza artística de Paracuellos muestran propios y extraños, el lector piense que nuestra localidad carece de muralla; por esta razón, siendo el principio fundacional del movimiento PaCHA el mostrar al mundo los numerosos atractivos de esta noble villa, intentaremos corregir ese error.


En efecto, aunque su origen no sea romano ni medieval, ni su finalidad defensiva, ése y no otro es el nombre que debemos emplear para referirnos a la maravillosa sucesión de manifestaciones de ingenio local que jalonan el final de la carretera de acceso al casco urbano desde el aeropuerto, camino que el prestigioso cronista galo Marquis de Monceau denominó La Promenade des Clôtures Étonnantes. Hay donde elegir en este auténtico collage de arquitectura
folklórica. Podemos extasiarnos ante esas dos construcciones colindantes tras las que se vislumbra un abigarrado entramado de terrazas y escaleras, diríase que diseñado por el mismísimo Escher; esa otra cuyo presupuesto solamente dio para enfoscar uno de los laterales, dejando el ladrillo al desnudo en el otro para que el visitante compruebe los comienzos del proceso de aprendizaje en albañilería del autor, o ese muro gris al que se le practicó un vistoso decoupage sin razón aparente.
Pero las joyas de esta corona se sitúan a ambos extremos de la Promenade. Por un lado la oxidada valla metálica que surge airosa en escorzo violento en uno de los salientes de la cornisa, en arriesgada armonía con las chumberas que se derraman por la ladera en rededor, y cuya contemplación al atardecer cuando nos aproximamos en sentido descendente se nos antoja la metáfora de una estirpe anclada a la tierra, pero que no ceja en la búsqueda de un futuro mejor. Por el otro, por fin, esa pared de hormigón cuyo anónimo artista decidió, en asombrosa pirueta estilística, emplear una puerta (o varias, extremo que
ignoramos) como molde para el encofrado, para pasmo de generaciones de paracuellenses y paracuellensas. Esta puertipetrificación a varios niveles ha originado más de un susto a conductores desprevenidos que hipnotizados por su magnetismo, distraen sin querer su atención de la carretera, generándose no pocas disputas conyugales al grito de “¡Pero mira palante!”.
Al hilo de esta cuestión, quisiéramos respetuosamente solicitar a nuestra ilustre corporación municipal que dé realce a esta muralla construyendo, al otro lado de la carretera, un aparcamiento con mirador que permita al visitante detenerse cómodamente a disfrutar de su visión con la tranquilidad y el sosiego que merece; un panorama que sin duda es mucho más merecedor de atención que los monótonos despegues y aterrizajes que se pueden contemplar desde el conjunto de bancos tristemente dispuestos en la última revuelta.

Para ayudar a preservar éste y otros rincones de nuestra localidad, afíliate a PaCHA.




Diario de un Mirapijo - 2

El otro día, intentando entender la situación de destierro al que me había mandado papuchi, me dio por surfear un rato en Internet, y buscando “Miramadrid” me encontré con que había un foro vecinal dedicado a esta urbanización. Estuve curioseando un rato y francamente, me resultó todo bastante disgusting, un sitio donde la gente no hace más que hablar de cacas de perro, pelearse por el tráfico y cosas así. Me di de alta y al rato ya había tenido una trifulca con algún individuo grosero al que tuve que mostrar mi desdén con clase y savoir faire. Me da un poco de asquete, pero seguiré entrando de vez en cuando para disfrutar del gap que me separa de la chusma. 

Después, me acerqué al Club a darle un poco al horseriding. Por favor, nunca lo hubiera hecho. No hago más que entrar cuando me encuentro nada menos que a Nené Saint-James-Iturbegabiria, compañero de muchas parties y muchas risas, y una de las últimas personas a las que me apetecía ver. No me lo podía creer, o sea, fatal.

-         ¡Memo! ¡Cuánto tiempo! Te echábamos de menos…
-         ¡Nené! ¡Qué alegría! – repliqué con la mejor de mis sonrisas.
-         Oye, ¿es verdad eso de que te has ido a vivir a un pueblo? Qué fuerte, no sabía que fueras tan aventurero, cuenta, cuenta.
-          Bueno, hombre, no es para tanto. En realidad es una urbanización high level, con muchísimas posibilidades de futuro, y ya sabes cómo es papuchi, que ve una business opportunity y se lanza – improvisé – y, como quiere empezar a delegar en mí, pues me pidió que me estableciera allí para evaluar de primera mano el estímulo de rentabilidad inminente de la microeconomía comercial desde el punto de vista del proceso casuístico – da igual, Nené tampoco entiende esas palabras.
-         Pero ¿está en un pueblo o no está en un pueblo?
-         Hombre, técnicamente, sí, pero en realidad está lejos…
-         Pues nos tienes que invitar a ver tu nueva casa, yo no me lo pierdo. Podrías organizar una boina theme party, con Tricky, Pontxo, Lalo y los demás, o sea, qué total!
-         Es que todavía estoy con unos refurbishments y tal, pero si eso ya te llamo y nos vemos en otro sitio.
-         No, no, en tu casa, en tu casa. Pero no te preocupes me espero a que termines, no sea que me vaya a encontrar con algún obrero, jajaja!
-         Jajaja! – le seguí la gracia, porque la imagen lo merecía.
-         Bueno, nos vemos. Y no dejes de llamarme, eh, chato?
-         Descuida, lo haré.

Y mientras se alejaba, le vi cómo se ponía a teclear a toda velocidad en su IPhone 5S. Me imaginaba el tipo de mensajes que estaría enviando y me dieron escalofríos. La desgraciada ocurrencia de papuchi me iba a costar la reputación. Se me pasaron de golpe las ganas de horseriding, así que volví al Q7 y a casa.

Ya estaba llegando cuando me acordé de que se me estaba acabando el stock de gomina. Me puse a dar vueltas buscando alguna fashion shop, pero lo único que encontré fue un absurdo mamotreto de hormigón con unos  letreros que decían Mercadona y – horror – Marco Aldany. No iba a entrar ahí ni por toda la cobertura de móvil del mundo (por cierto, qué porquería de cobertura hay en este resort, voy a tener que hablar con papuchi para que lo arregle). Me armé de valor y pregunté a una chica que estaba recogiendo flores en un parque mientras canturreaba “Una frolecilla, otra frolecilla,…”

-         Hola, perdona y tal, pero es que verás, o sea, es que no soy de aquí, bueno, se ve, no?, y estaba buscando alguna tienda donde pudiera encontrar gel fijador XX, o YY o aunque sea ZZ*.
-         Huy, yo de eso no sé ni pío. Y aunque lo supeira, no te iba a decir ni mu, que no me gutsan los chicos con gonima. Porque ya dijo Aristóteles que “La belleza del hombre está o en la sonoridad, o en el significado
-         Perdona?
-         Nada, hombre, mira qué día tan nobito hace, viva la vida! ¡Hasta leugo!


Y sin más, se dio la vuelta y se alejó andando a saltitos y tarareando la sintonía de Verano Azul. Cuando me repuse de la impresión ya había desaparecido tras una esquina. 

Me había enamorado.

Y a todo esto, seguía sin saber dónde comprar fijador. Tal vez en el foro vecinal alguien podría darme una pista.

(Continuará)







*disculpad que no os detalle las marcas, pero uno tiene sus secretillos, jajaja