jueves, 6 de marzo de 2014

El Rincón de PaCHA - La muralla de Paracuellos



Puede que, dado el proverbial desdén que sobre la riqueza artística de Paracuellos muestran propios y extraños, el lector piense que nuestra localidad carece de muralla; por esta razón, siendo el principio fundacional del movimiento PaCHA el mostrar al mundo los numerosos atractivos de esta noble villa, intentaremos corregir ese error.


En efecto, aunque su origen no sea romano ni medieval, ni su finalidad defensiva, ése y no otro es el nombre que debemos emplear para referirnos a la maravillosa sucesión de manifestaciones de ingenio local que jalonan el final de la carretera de acceso al casco urbano desde el aeropuerto, camino que el prestigioso cronista galo Marquis de Monceau denominó La Promenade des Clôtures Étonnantes. Hay donde elegir en este auténtico collage de arquitectura
folklórica. Podemos extasiarnos ante esas dos construcciones colindantes tras las que se vislumbra un abigarrado entramado de terrazas y escaleras, diríase que diseñado por el mismísimo Escher; esa otra cuyo presupuesto solamente dio para enfoscar uno de los laterales, dejando el ladrillo al desnudo en el otro para que el visitante compruebe los comienzos del proceso de aprendizaje en albañilería del autor, o ese muro gris al que se le practicó un vistoso decoupage sin razón aparente.
Pero las joyas de esta corona se sitúan a ambos extremos de la Promenade. Por un lado la oxidada valla metálica que surge airosa en escorzo violento en uno de los salientes de la cornisa, en arriesgada armonía con las chumberas que se derraman por la ladera en rededor, y cuya contemplación al atardecer cuando nos aproximamos en sentido descendente se nos antoja la metáfora de una estirpe anclada a la tierra, pero que no ceja en la búsqueda de un futuro mejor. Por el otro, por fin, esa pared de hormigón cuyo anónimo artista decidió, en asombrosa pirueta estilística, emplear una puerta (o varias, extremo que
ignoramos) como molde para el encofrado, para pasmo de generaciones de paracuellenses y paracuellensas. Esta puertipetrificación a varios niveles ha originado más de un susto a conductores desprevenidos que hipnotizados por su magnetismo, distraen sin querer su atención de la carretera, generándose no pocas disputas conyugales al grito de “¡Pero mira palante!”.
Al hilo de esta cuestión, quisiéramos respetuosamente solicitar a nuestra ilustre corporación municipal que dé realce a esta muralla construyendo, al otro lado de la carretera, un aparcamiento con mirador que permita al visitante detenerse cómodamente a disfrutar de su visión con la tranquilidad y el sosiego que merece; un panorama que sin duda es mucho más merecedor de atención que los monótonos despegues y aterrizajes que se pueden contemplar desde el conjunto de bancos tristemente dispuestos en la última revuelta.

Para ayudar a preservar éste y otros rincones de nuestra localidad, afíliate a PaCHA.




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